Sobre las playas de los océanos Atlántico y Pacífico, el lobo marino sudamericano forma grandes colonias. Allí están los machos con sus abundantes melenas y sus cuerpos enormes y pesados; y las hembras, algo más pequeñas. Cuando se sumergen, todos son nadadores veloces y hábiles, capaces de quedarse bajo el agua por largos períodos.